Cómo afectó la devaluación, cuáles son los porcentaje de vacancia, las expectativas de desarrollo en distintas zonas y cuáles son las nuevas tendencias fueron algunos de los puntos principales que Héctor Salvo, gerente general de Raghsa, Martín Potito, director de LJ Ramos; Domingo Speranza, director de Newmark Grubb BACRE y Ary Krivopisk, head de real estate de WeWork Latam analizaron en el encuentro organizado por La Nación.
Según Speranza, el mercado de oficinas clase A de Buenos Aires sufrió el primer golpe fuerte el año pasado con el pico inflacionario de agosto. Para Potito, la demanda está siendo afectada por la situación económica, sumado a la expectativa del año electoral. Ambos coincidieron en que sigue habiendo una vacancia de alrededor de 7,5%.
Por su parte, Héctor Salvo afirmó que en Raghsa tienen hoy una vacancia menor al 2 %, pero que a principios de 2017 había llegado a un 10%. Con respecto a la devaluación consideró que no afectó tanto porque los alquileres están dolarizados, pero sí lo hizo el cepo cambiario.
A su vez, Speranza evaluó que los precios se mantendrán en tanto y en cuanto no haya una sobreoferta. Y subrayó que hay alrededor de 300 mil metros en carpeta, pero que lo más probable es que vayan saliendo al mercado a lo largo de los próximos años.
Uno de los proyectos de más envergadura en el corredor norte, es el Centro Empresarial Libertador que lleva adelante Raghsa que sumará 60.000 m2 alquilables al inventario de oficinas, y que implicó una inversión de US$ 180 millones incluido el terreno, el que estará terminado para fin de año. “Tenemos alrededor del 40 por ciento con contrato de alquiler firmado, números más bajos de los que históricamente alcanzamos antes de la inauguración de nuestros otros edificios, debido al lento crecimiento económico del país. Estimamos para fin de año tener un 70 por ciento alquilado, si cerramos todos los contratos en los que estamos trabajando”, expuso Salvo. Además, indicó que están analizando la posibilidad de concretar un proyecto en el segundo terreno que compraron en Núñez, avenidad Del Libertador y Campos Salles. “Serían 75 mil metros alquilables en total”, subrayó.
¿Qué está pasando con la demanda en las distintas zonas? Speranza resaltó la importancia el corredor Catalinas, en donde los precios no han caído y están alrededor de US$ 35 el m2. “Puerto Madero sufrió un poco con la construcción del Paseo del Bajo, pero ahora que el tránsito empezó a fluir es otra situación”, opinó. Salvo agregó: “Si hablamos de la tasa de vacancia por submercados, lo que es el corredor Libertador tiene una muy buena demanda, razón por la cual mantiene alrededor de un 1 % de vacancia”.
Los cambios en las formas de trabajo, la necesidad de dotar a los edificios de mayor confort y sustentabilidad imponen la inclusión de otros conceptos. Speranza indicó que la agenda se amplía cada vez más: “Hemos tenido cambios vinculados no sólo a la tecnología, sino también a políticas de género y sustentabilidad. Algunos empleados incluso plantean la necesidad de tener manejo más responsable de los residuos que lo habitual”.
Sobre ese aspecto, Salvo apuntó que hace tiempo que vienen desarrollando los edificios de acuerdo con amplios estándares de sustentabilidad. “Incluso hemos tomado medidas para reconvertir los que habíamos construido con anterioridad. El reclamo principal de los potenciales clientes radica en incrementar las áreas de esparcimiento, los servicios para los habitantes del inmueble y la construcción de edificios más amigables con el medioambiente”.